Saber y entender
no es lo mismo. Entender va más allá, usamos nuestra habilidad de razonar,
cuestionamos lo que se nos enseña, según nuestra lógica. Es poder juzgar a base
de nuestros pensamientos, es conocer y deducir. Lo que sabemos es relacionado
con nuestra sabiduría e inteligencia. Sabemos cosas porque tenemos la habilidad
de analizar y recordar ciertos sucesos, sabemos cosas por información que
guardamos en nuestros celebros.
Juzgamos las personas
a veces por sus notas en la Universidad, por los honores que se les ha otorgado
y no por lo que de verdad saben. Si en verdad quieres medir la inteligencia o sabiduría
de una persona, mantén una conversación con esta persona y analiza su habilidad
de razonar. Eso vale más que pasar todos los cursos con A. No todo lo que se
aprende, se aprende en una silla en el salón. Hay experiencias muy valiosas,
que nos dan el conocimiento que no nos puede dar ningún profesor.
Durante una
conversación escucha más y habla menos. Aunque esa persona tenga otro modo de
pensar, trata de entender los argumentos detrás de su opinión. Algo vas a
aprender. Esa persona va a decir algo que quizás nunca consideraste. Puede parecer tontería o bobería hablar con
alguien de menos edad, porque tenemos esa costumbre de relacionar la inteligencia
con la edad. En cada intercambio que hagamos veremos que todo el mundo tiene
algo que compartir, y por ende algo que enseñar.