A todos nos pasa, nos preguntamos, ¿Por
qué a mí?
Nos vemos enfrentados a situaciones inesperadas, y las identificamos como
desmerecidas.
Nos olvidamos de nuestras antiguas acciones que pueden ser la causa de
nuestras complicaciones.
Hay casos en que de verdad la vida es injusta, pero hay muchas otras en que
somos causantes de nuestros sufrimientos.
Si, nuestra irresponsabilidad, falta de compromiso, falta de seriedad, toma
de decisiones incorrectas y a veces desviarnos de lo que conocemos como el
bien. Todas estas cosas traen resultados negativos, que ocasionan un siclo de
sucesos perjudicial en nuestras vidas. Terminamos lamentándonos, y convenciendo
al mundo entero que somos víctimas de todo a nuestro alrededor. Convencemos al
mundo de que estamos solos en nuestras luchas porque los demás nos
abandonan.
No seas tan cobarde, ni hullas de la realidad. ¡Eso lo causaste TÚ! Afronta las consecuencias
de tus hechos y trata de reparar tus errores. La vida da oportunidades. Si la
primera vez fallaste, la segunda vez haz lo bien. Pero no seas tan sínico,
y no estoy dudando de tu dolor, solo digo… No seas tan sínico, se mejor persona
y por lo menos acepta una vez nada mas, que hiciste las cosas mal.